martes, 26 de mayo de 2009

VII. Agitación revolucionaria

En cambio, los neo-integristas de Germinans confunden enfermizamente la corrección fraterna, que se basa en la caridad y la misericordia, con la agitación revolucionaria. Su objetivo no es otro que derrocar al régimen actual, asaltar la Bastilla, y ocupar el poder. De hecho, sólo falta que se envalentonen un poco más para pasar al estadio siguiente de su obsesiva campaña: sacar a la calle los trabucos.

La buena nueva de Germinans:

“(...) El cardenal Martínez Sístach no puede seguir más al frente de esta Diócesis esencialmente por una razón: porque Barcelona tiene aún muchos recursos espirituales, en sus laicos, en su clero, en sus iniciativas, y no puede estar guiada por unos hombres, Sistach y su reducido círculo de gobierno (...)”.

“(...) Pierda el miedo, Sr. Cardenal. Reforme su equipo de gobierno de arriba abajo. Cese de inmediato a su ineficaz delegado de familia. Olvídese de esta carcundia uniata (y de sus herederos) que maniata esta provincia eclesiástica desde hace decenios (...)”.

“(...) Cataluña ha sido y es, el laboratorio en el que se fraguan muchas de las peores y más destructivas directrices ideológicas que luego arraigan en el resto de España. También eclesiales. Mal que nos pese afirmarlo a nosotros. Sólo haciéndonos en España solidarios unos con otros podremos derrumbar los bastiones ideológicos en que el progresismo destructor permanece enrocado, señoreando y aún dominando el futuro eclesial de muchas diócesis como la de Barcelona”.

1 comentario:

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