Becerril (y Marzo) y Espinar

Al circo de Germinans le han crecido los enanos. Se las prometían muy felices, pero pierden fuelle y, poco a poco, se va conociendo quiénes son sus “gargantas profundas”, los instigadores, sus autores intelectuales y colaboradores necesarios (e involuntarios). No obstante, todos juntos caben en un ascensor. Se va cumpliendo inexorablemente nuestra premonición, lanzada el primer día que este blog vio la luz:

“Aquí iremos desgranando las raíces, el modus operandi y los principales actores del integrismo en Cataluña y sus perversas estrategias para copar el poder. Actúan como una quinta columna, pero dejan rastros. Sin prisas, iremos desenmascarándoles”.

Antes de que adoptáramos la desagradable pero inevitable misión de tener que desenmascarar a sus autores (misión que finalizará con el final de Germinans), otros buenos cristianos aportaron su labor a esta causa: http://contragerminansgerminabit.blogspot.com, primero, y http://mossenagusti.blogspot.com, después. Hasta que ellos mismos consideraron que ya habían cumplido con su noble misión. Ello no fue suficiente, desgraciadamente, y por eso surgió este blog.

Algunos de los principales protagonistas de la trama mafiosa han tenido que confesarse con su Ordinario. Otros con su conciencia (mala). Otros han sido increpados por sus amigos. Y otros han tenido que soportar el vacío existencial a su alrededor. Cuando frecuentan determinados ambientes y sacristías han sufrido en sus propias carnes cómo otros sacerdotes, compañeros suyos, han cambiado de conversación o les han taladrado con su mirada. Por eso crece la desafección en sus menguadas huestes. En sus filas no faltan ni la división ni la delación y pronto empezarán las deserciones.

Así las cosas, cabe destacar la relevante información que ha aparecido hace unos días en Internet, aparentemente sólida, creíble y contrastada: http://quiesgerminans.blogspot.com/. Algo se mueve y rápido. El tiro es certero; Mataró y el núcleo lefebrista se han visto obligados a dar explicaciones. Ya no son invisibles.